Un pequeño peldaño en la larga escalera a Marte se rompió el viernes, cuando una prueba de cohetes espaciales en Texas terminó con el aparato convertido en una bola de fuego. Los escombros en llamas del SpaceX F9R llovieron en en un campo abierto fuera de McGregor.
El cohete se había autodestruido como medida de seguridad – una práctica común en la industria aeroespacial en naves no tripuladas. «No hubo heridos», aseguraron desde la compañía.
Pero parecía un fuego artificial vivo a la vista de transeúntes estacionados en un cercano camino rural que inmortalizaron el momento con las cámaras de sus teléfonos celulares. La cadena afiliada a CNN, KWTX, informó la explosión el viernes y publicó un video.
El F9R fue probado con éxito antes y SpaceX decidido forzar los tiempos un poco más, pero no funcionó, dijo la compañía.
Hasta ahora, los cohetes espaciales estadounidenses no habían sido diseñados para regresar de la misma manera o forma que se fueron. La mayor parte del cohete se lanzaba en el océano, o se descartaba que pudiera volver a caer y sobrevivir tras atravesar el incinerador cósmico de la Tierra. Pero el F9R está pensado para que regrese. Todo él, de una sola pieza, utilizando sus motores de refuerzo. Eso hace que sea reutilizable, una característica útil para una futura misión al lejano Marte por si alguien planea regresar a casa desde allí.
Viajar a Marte es el siguiente paso que se ha planteado la industria espacial de la NASA que ha ideado un plan para enviar una misión sólo de ida, donde los astronautas no volverían a la Tierra. Sin embargo, el CEO de SpaceX, Elon Musk, quiere ir un paso más allá. Prevé la colonización humana de Marte y otros planetas como el siguiente paso en la evolución humana, según el sitio web de la compañía.
También hay una ventaja menos atractiva pero más inmediata de los cohetes reutilizables: Ahorran toneladas de dinero. Cohetes como el Falcon 9 de SpaceX cuestan alrededor de $54 millones cada uno, según la compañía.
Eso es más o menos el precio de un avión de pasajeros de segunda mano en buen estado. Sin embargo, un avión vuela varias veces. La mayoría de los cohetes por lo general sólo vuelan una vez.
Hacer cohetes reutilizables reducirían los costos de vuelo espacial enormemente, dice SpaceX.
Los lanzamientos del F9R son menos emocionantes. No hacen retumbar el suelo en su despegue como los transbordadores espaciales o cohetes Saturno, y el F9R es pequeño, lo que comprende una sola etapa.
Es una versión recortada de su padre, el Falcon 9, el primer cohete de una compañía comercial en volar a la Estación Espacial Internacional, de acuerdo con SpaceX.
Nueve motores pusieron en órbita el Falcon 9 aunque sólo tres propulsaron el F9R, que sólo ha volado a una altitud de 1.000 metros. Eso equivale a casi el doble de la altura del One World Trade Center de Nueva York – una proeza para un cohete.
La ciencia de los cohetes es complejo incluso para los pequeños, y los fracasos en las distintas etapas de las misiones espaciales suceden regularmente.
No hay más que pensar en el desastre del transbordador espacial Challenger en 1986 que mató a los siete astronautas a bordo cuando explotó a unos 70 segundos de su lanzamiento.
A mediados de mayo, el lanzamiento de un satélite ruso se echó a perder cuando el cohete se desvió de su ruta, lo que llevó al sistema de emergencia a cortar su propulsión. El cohete había viajado 100 millas de alto y se quemó en la atmósfera al descender.
Era por lo menos la cuarta vez que ese tipo de cohete ruso se probaba y fracasaba.