Mucho de lo que sabemos del sol se lo debemos a Soho. Una parte muy importante de los últimos descubrimientos sobre el funcionamiento de nuestra estrella procede del estudio ininterrumpido a cargo del satélite Soho, lanzado al espacio el 2 de diciembre de 1995.
Es una colaboración entre la ESA y la NASA que ha superado con creces su misión principal (fijada inicialmente hasta 1998), y que ofrece un punto de vista privilegiado de los fenómenos que se producen no sólo en la superficie solar sino, también, en su interior. Al estar situado en el punto de Lagrange L1, entre la Tierra y el Sol, puede observar la estrella de forma continua, sin interferencias, y eso le ha ayudado a ser pionero en el estudio de un ciclo completo de actividad solar, que dura once años, a ofrecer una explicación a la altísima temperatura de la corona, a desvelar la dinámica interna de la estrella, a estudiar cómo afecta la actividad del Sol a la Tierra y a descubrir, de paso, unos 3.000 cometas de tipo sungrazer.
El Sol, la referencia
En estos 20 años que lleva activo, SOHO ha contribuido a ampliar enormemente nuestros conocimientos, y nuestra comprensión, sobre el funcionamiento del Sol y de otras estrellas. Luis Sánchez, que hasta 2012 fue coordinador de datos científicos de SOHO y, en la actualidad, es jefe de desarrollo para operaciones de ciencia del próximo Solar Orbiter, explica que “el conocimiento de detalles de la estructura interior del Sol es muy importante porque es nuestra estrella de referencia. Todos los modelos que tenemos de evolución estelar tienen que ser referidos al Sol, como una estrella de la secuencia principal. A través de técnicas de heliosismología (parecidas a las de la sismología en la Tierra), se han podido medir las condiciones físicas de temperatura, densidad, presión, incluso dinámicas de cómo gira el Sol en su interior, que permiten afinar muchísimo los modelos».
El Sol es la estrella que está más cerca de nosotros, así que es lógico que sea la que se estudia para hacerse una idea más aproximada de cómo funcionan otras estrellas. En ese estudio no sólo entra su estructura interna, sino que SOHO ha observado también los fenómenos que se producen en la fotosfera, que podríamos decir que es su superficie. Quizás los más conocidos sean las manchas solares, de las que los científicos llevan bastante tiempo estudiando los procesos que las generan y cómo están relacionadas con la actividad magnética solar, pero no son los únicos.
“Ahora entendemos mucho mejor los aspectos que contribuyen a fenómenos en la atmósfera solar, desde la fotosfera, que es la capa por la que se escapa la luz hacia fuera, hasta la corona. Todos esos procesos energéticos, que vienen dirigidos por el campo magnético del Sol, son fenómenos activos, bucles que se recombinan, explosiones llamadas fulguraciones, y los mecanismos de calentamiento de la corona, porque la corona, la parte más externa de la atmósfera solar, está a una temperatura mucho mayor que la fotosfera”, señala Sánchez. El estudio de estos fenómenos permite relacionarlos con otro aspecto lel que SOHO ha aportado información novedosa: entendiendo mejor el viento solar.
Fuente: ESA.int